Nada hacía presagiar a Toñi Moreno que la pasada tarde del domingo, que debía ser una jornada de trabajo más, se convertiría en una de las más especiales de ‘Viva la vida’. Con motivo del primer aniversario del programa, la andaluza recibió como invitado a Carlos Sobera. Tras recibirle con un gran beso en la boca, la presentadora se llevó una gran sorpresa: el invitado estrella de la tarde, y por tanto entrevistado, era ella misma.
Antes de ponerse a hacer preguntas, disfrutaron de un video recopilatorio de todos los gazapos y es que la presentadora, aunque muy buena en su profesión, suele tener fallos de memoria y problemas para pronunciar algunas cosas, protagonizando momentos de los más divertidos. Lejos de enfadarse, Toñi Moreno reconoció que “las críticas las llevo bien”.
Uno de los momentos más emotivos contó cuando le contaron qué sintió cuando le ofrecieron dirigir ‘Viva la vida’: “Había perdido la fe en mi misma. Agradeceré siempre a Mediaset que confiaron en una persona que en el momento de la llamada era una perdedora, que me hayan dejado ser yo, con mis zapatillas, mis defectos… “.
Una forma de ser muy especial de la que ya hacía gala cuando era pequeña, pues con apenas 14 años hacía sus pinitos frente a las cámaras de televisión, jugando en los veranos. Poco a poco, se fue haciendo un hueco entrevistando a estrellas de la talla de Lola Flores, demostrando que su pasión también era su forma de ganarse la vida.
Llegar a este momento le ha costado mucho, no solo a ella, sino también a sus padres. Tras nacer en Barcelona, a los 7 años volvió a Sanlúcar de Barrameda, de donde eran sus padres y de donde se siente. Un cambio que no supuso un gran shock para ella: “cuando volví a Sanlúcar a vivir era como volver a mi casa porque en mi casa se hablaba andaluz, se cocinaba andaluz y se vivía en andaluz”. El drama llegó más adelante y es que sus padres, como muchas otras personas, trabajaban casi de sol a sol para poder mantener a la familia y apenas estaban en casa.
“En un momento, les salió trabajo en un cortijo. No había teléfono ni nada y solo los veía cuando yo iba a verlos, fue una etapa muy dura. Es parte de mi vida, ha hecho que sea como soy”, recordaba. A pesar de esas etapas tan duras, Toñi Moreno recuerda su infancia con gran alegría, unos años que la han hecho ser cómo es ahora y que hacen de ella, según quienes la conocen de cerca, una gran persona y profesional.
Sobre el futuro, tiene claro que prefiere vivir el momento. “Hace mucho que no me pongo retos. Mi padre se puso enfermo y se murió en dos meses. Ya no hago planes más allá del presente. Disfruto de lo que tengo porque hay un momento en que te das cuenta de que tú no eres el que manejas la vida, es la vida la que te maneja a ti. Hay que ser sumisa ante la vida y adaptarte a lo que venga”, sentencia Toñi Moreno.
Twitter: @TwiSalvame
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