Era la que faltaba por hablar. Georgina Chapman, la mujer de Harvey Weinstein, no había dicho ni una palabra sobre su divorcio o lo que le parecía la trama en la que el todopoderoso productor era acusado de abusos sexuales. Ahora, la diseñadora ha abierto la boca por primera vez para la revista 'Vogue' y ha asegurado que se sintió "humillada y rota" después de todo el escándalo que ha acabado con la carrera de su marido.
Chapman desapareció del mapa, pero ni siquiera esa huida hacia adelante le ha servido para recuperarse del todo.
"El otro día estaba subiendo unas escaleras y me vino a la mente todo lo que había pasado y era como si mis pulmones se quedaran sin aire (...) Ni siquiera quise ir a terapia, pensaba que no lo merecía ante el sufrimiento de tantas otras mujeres".
Casada con Weinstein desde 2007, la diseñadora tardó "un par de días" en asumir que su marido estaba protagonizando titulares nada halagüeños. Tardé un par de días en asumir qué había pasado. El primer artículo hablaba de algo que pasó antes de que yo le conociera. Pero luego vino otro y otro; me di cuenta de que no era un incidente aislado. Y que tenía que apartar a los niños de él". La diseñadora creyó en su marido hasta el último momento y asegura que le costó ver "sus sombras (...) Era muy carismático, muy inteligente. Le pagó un tratamiento a la madre de un amigo mío que tenía cáncer de mama. Era maravilloso con sus hijos, con sus amigos".
La doble cara de Harvey Weinstein no solo le acabó estallando en la cara, sino que se ha convertido en el acicate de un movimiento feminista que ha protagonizado titulares en todo el mundo desde hace ya varios meses.
Twitter: @TwiSalvame
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