La última vez que Isabel Pantoja disfrutó de su casa de El Rocío fue para presentar a su novio, Julián Muñoz, en el 2003. Salieron por la puerta grande mostrando su felicidad. Nadie de los presentes y ausentes imaginaban lo que, tiempo después, sucedería en la vida de ambos: separación, juicios, sentencias judiciales y paso por la cárcel. Una vez que Isabel Pantoja cumplió, se encerró en Cantora para salir exclusivamente por temas profesionales.
No volvió a pisar la aldea y mucho menos hacer el camino. Kiko y Chabelita tampoco pudieron disfrutar de uno de los lugares donde su madre había sido muy feliz. De hecho, esta era la única propiedad que no estuvo embargada. Era la joya de la corona y como tal la salvaguardó cuando tuvo que desembolsar más de un millón de euros de multa por blanqueo de capitales.
Isabel Pantoja decidió hace unos meses cerrar página definitivamente con su vida anterior y volver a salir. Se la pudo ver animando a su hijo Kiko en la presentación de su disco y después participando, sin esconderse, en la fiesta posbautizo de su cuarta nieta.
Este cambio de registro ha servido para que decidiera abrir las puertas de su casa que han permanecido cerradas durante los últimos cinco años. Estará acompañada por algunas de sus incondicionales, por Anabel Pantoja y por Chabelita , que ya ha vuelto a entenderse con su madre. Lo que aún se desconoce es si también, y retomando la costumbre, hará con su hermandad parte del camino.
Esta casa fue una de sus inversiones más seguras. La compró por 93.000 euros y hace dos años, cuando se rumoreó que estaba a la venta, varias inmobiliarias la llegaron a tasar en medio millón de euros.
Twitter: @TwiSalvame
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