Influencers de la talla de Paula Echevarría o Sara Carbonero ven peligrar sus bienes gananciales a nivel económico a través de Instagram. Esta red social comenzó siendo un escaparate donde las celebridades compartían sus fotografías favoritas, ya sean relacionadas con la vida profesional como personal. Era una forma de acercarse a sus seguidores, pero siendo ellas las encargadas de contar lo que quieren y cuando quieren. Algo que ha hecho que Instagram tenga más de 700 millones de usuarios en todo el mundo. Pero como todo lo bueno, también tiene su parte mala.
Y esta llegó cuando las marcas vieron esto como una gran ventana para publicitar sus productos a través de las celebridades, influencers, instagramers y demás personajes públicos. Estas comparten imágenes en la que aparecen productos (habitualmente de belleza o prendas de ropa) a cambio de dinero o regalos que estas propias marcas han hecho a los usuarios. Esto significa que están realizando una campaña publicitaria encubierta, ya que el resto de los usuarios desconocen que es publicidad.
De hecho, hemos visto cantidades de publicaciones de Paula Echevarría mostrando cremas de lujo, prendas no asequibles para todos los bolsillos u hoteles dignos de ser comparados con el paraíso. Aunque no es la única famosa: Sara Carbonero, Cristina Pedroche, Alejandra Rubio… Todas ellas comparten este tipo de publicaciones. Incluso a través de los Stories (imágenes efímeras que solo duran 24 horas).
Cristina Pedroche puede llegar a cobrar hasta 3.500 € por publicación.
Paula Echevarría llega a cobrar hasta 4.000 euros por publicación, según cuenta El Español. De cerca le siguen Sara Carbonero y Cristina Pedroche, que tendrían un caché que se encuentra entre los 3.300 y 3.500 euros, según el citado medio. Estas son cifras estratosféricas por la labor de únicamente compartir una imagen en su red social. También cuenta los seguidores que cada una tienen en Instagram. La primera, Paula Echevarría, suma más de dos millones cuatrocientos mil seguidores; muy cerca está la pareja de Iker Casillas, Sara, con dos millones de seguidores al igual que Cristina Pedroche.
Que el resto de usuarios se den cuenta de la cantidad de imágenes patrocinadas que comparten y sepan el caché que tienen por cada una de las fotografías, no será plato de buen gusto para estos. ¿Será este el comienzo del fin del buen negociado de las influencers? Las marcas publicitarias tienen mucho que decir en este tema y, sobre todo, el resto de usuarios de Instagram.
Twitter: @TwiSalvame
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