jueves, 7 de junio de 2018

La hermana de Gil Silgado se libra in extremis de ser juzgada por maltrato animal


Si se le preguntara a cualquier miembro de la familia Gil Silgado cuál es el mayor de sus problemas, sin duda respondería que la ex de José María, María Jesús Ruiz, con la que el empresario ha protagonizado varios escándalos en los últimos años. Aunque es verdad que el enfrentamiento con la expareja del empresario ha dado mucho de qué hablar, lo cierto es que el clan tiene otro grave asunto del que preocuparse y que incluso implica pena de cárcel.


El pasado miércoles tenía previsto celebrarse en el Juzgado de lo Penal 5 de Sevilla un juicio contra la hermana del empresario, Cinta Gil Silgado, acusada supuestamente de maltratar en el año 2014 a 28 caballos -de los cuales murieron 10- que pertenecieron a su hermano y que recayeron en sus manos cuando este le concedió amplios poderes para administrar la sociedad Toros de los Guateles, que gestionaba la finca de Bollullos de la Mitación (Sevilla), en la que se encontraban los animales.

Con todo previsto para que se celebrara la sesión, finalmente tuvo que ser suspendida por la ausencia de los representantes de la empresa Toros de los Guateles. “Como el responsable civil subsidiario no compadeció, la jueza decidió suspender el juicio y señalarlo para más adelante”, nos indica en conversación telefónica el abogado de Cinta, José María Carnero.

A pesar de todo, la acusada del delito de maltrato animal terminó aceptando la reducción de la condena pedida por la Fiscalía, que pasó de un año a seis meses de cárcel. En su defensa, Cinta insistió en que ella no era la responsable, sino el dueño de los equinos, esto es, su hermano, que al parecer no le había dado ninguna instrucción para atenderlos o tratar con ellos.

¿Qué pasó con los caballos?

Los hechos se remontan al año 2014 cuando la Guardia Civil recibió una denuncia anónima por la malnutrición que sufrían los animales e instó a Gil Silgado, a través de la Oficina Comarcal Agraria, a cuidarlos “dado el mal estado de carnes” que tenían 11 de las 28 cabalgaduras.

Finalmente, fue la propia Oficina la que tuvo que alimentar a los caballos a los que, menos a uno, pudo salvar de la desnutrición. A continuación, la mayoría de ellos fueron puestos en venta, aunque no ha sido hasta ahora cuando sus nuevos dueños han podido disponer de ellos ya que había un deposito judicial sobre sus cabezas.

En el próximo juicio, para el que todavía no hay fecha, se espera conocer la condena completa de Cinta, que de momento ha aceptado los seis meses de prisión. En un primer momento, la Fiscalía pedía para ella un año de cárcel y tres años de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales.

Twitter: @TwiSalvame

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