La vida sentimental de Cósima Ramírez siempre ha sido un misterio. A sus 26 años, la hija de Pedro J. Ramírez y Ágatha Ruiz de la Prada ha demostrado que no tiene pelos en la lengua, que opina de todo y de todos y que lo políticamente correcto no está hecho para ella. Sin embargo, a la hora de hablar de su vida privada, la joven suele cerrarse en banda. Hasta ahora. En el próximo número de la revista 'Vanity Fair', Cósima se abre en canal y reconoce por primera vez su bisexualidad. Confiesa que su corazón ha latido con más fuerza que nunca por una mujer y que la sexualidad no debería tener limitaciones. “Me parece cruel, patético y retrógrado que te juzguen por tu sexualidad. En España son muy cotillas y muy reprimidos. Ya es bastante difícil encontrar pareja, ¿por qué limitarse a una sexualidad?”, reflexiona la joven.
Según confirma, ella estuvo muy enamorada de una mujer hace un tiempo. “Fue maravilloso”, dice. Cree que también podría haberlo hecho de un chico, pero hasta la fecha siempre se ha sentido mucho más comprendida por mujeres.
Sobre el matrimonio lo tiene claro: “Es útil como institución económica”. “Puedes tener un gran amor y no casarte. Mis padres estuvieron juntos durante 30 años y fue al casarse cuando fastidiaron las cosas”, dice.
Cósima no puede (tampoco quiere) pasar de puntillas por la separación de sus padres. Tras tres décadas juntos y considerado uno de los matrimonios más sólidos del panorama nacional, Pedro J. rompía su relación con Ágatha explicándole que se había vuelto a enamorar de otra mujer y desde entonces la familia Ramírez Ruiz de la Prada vive dividida y tratándose de adaptar a las nuevas circunstancias. “Soy la niña de papá, pero en estos momentos no puedo estar de su lado. Mi relación con él ahora es un poco dura porque necesita que le eche un par de broncas. Lo hago por su bien y él lo sabe”, reconoce. Para su madre solo tiene palabras de compasión: “Espero que se le pase el disgusto y que se dé cuenta de lo muchísimo mejor que vamos a estar todos. Ella es más divertida y más moderna que mi padre y se ha tenido que parar de muchas maneras y adaptar a los ritmos de él”.